Esta semana el segundo relato participante en concurso de ¨Las Ventas 2009¨ que tiene por titulo ¨Un sueño que juega con la vida¨y lo escribe Marta Humanes López.
En un caluroso mes de mayo cuando el sol empezó a desvelarse y a brillar con gran entereza, después de aquellos largos y mustios días, yo me dispuse a ir a la feria, pero no a una feria cualquiera sino a la feria de San Isidro, de una tierra soberana donde todo es especial; su gente, sus paisajes...
Como buen aficionado no podía faltar a la cuna de la tauromaquia, aquella plaza donde tantos triunfos se han cosechado y donde muchos espadas han triunfado. Me encontraba en las puertas de la Monumental de las Ventas donde citan a los maestros a demostrar su torería. Cuando me senté en mi tendido entre sol y sombra, el viento y el albero estaban perfumados de manzanilla.
Apenas a mis dieciocho primaveras yo me dispuse a luchar por aquello que tanto soñaba, tenía a uno de los mejores maestros de la lidia; él me enseñaba a citar al animal dependiendo de sus condiciones, y a realizar con arte las tres suertes de la lidia, movía el capote rosado a compás y con la muleta marcaba mi temple, como si en ello me fuera la vida, todos estos movimientos a mi me enorgullecían.
Pronto pensé en la otra cara de este complicado mundo y es que yo me jugaba la vida, tenía la muerte muy cerca y sabía que todo llegaría. Me enfrentaba a un ser bravo con codicia y recelo, que trotaría hasta quedarse sin aliento, ambos nos mirábamos, yo sentí miedo, él y yo solos frente a frente, él armado por su cornamenta, yo, sin embargo, un ser débil. Sus ojos dos tiernas luciérnagas deben atender a mi llamada, me responde con temor ante sollozos y rugidos, pero no sabe que mi corazón palpita con gran fuerza porque una mala colocación puede acabar con mi vida. Siempre que me dirijo a la plaza sé mi hora de entrada pero nunca la hora de mi salida. A diferencia de los demás tengo fecha de vida y fecha de muerte, con los compases del arte y con acordes de guitarra encamino con pureza el paseíllo esquivando a la muerte, pero habrá un día que seré incapaz de torear a la sagrada ley de la muerte.
Fdo: Marta Humanes López
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